De Sotirios Moutsanas

El ruido fue
estrepitoso. En el amasijo de hierro torné mi rostro y atisbé a los grandes
ojos de mi mujer, abiertos como platos, clavados en los míos. Mirándome con una
profunda tristeza parecían preguntarme: “¿Qué has hecho?” Su cráneo estaba
abierto y se podía discernir el cerebro. Contemplé la parte trasera y vi lo que
quedaba de mis hijos era un espectáculo indecible, horripilante, salido de la
más siniestra pesadilla.
— ¡No¡ ¡Hijos míos¡
¡Hijitos míos!—dije con voz ahogada.
Un charco de sangre se
formaba en el suelo. Inesperadamente alguien rompió el cristal de la puerta
delantera y me sacó del coche. Era un hombre tremendamente alto y ancho como un
armario. Parecía Goliat en persona: daba miedo solo de contemplarle.
—Tranquilo, me dijo con
serenidad. Pero yo estaba fuera de
mí. Miré de refilón y avisté un puente,
no lo pensé dos veces es que quería terminar con mi miserable existencia lo más
rápido posible. Al llegar al puente y al punto de tirarme sentí las manos
gigantescas del hombre sujetándome de los
hombros. Yo estaba totalmente histérico y voceaba sin parar: ¡mis
hijitos! ¡soy un asesino¡ yo y mi vicio por el alcohol.
— ¡Quiero morir!
¡Hijitos míos! ¡Hijitos míos!
— ¡Papá! ¡Papá!
Abrí los ojos y
contemplé a mis hijos.
—Despierta, has tenido
una pesadilla. Abracé a mis hijitos radiante de felicidad.
— ¡Cómo les quiero,
hijitos míos! ¡Cómo les quiero!
El policía con el
médico de la ambulancia hablaban consternados.
—Pobrecito, está
diciendo incoherencias, me imagino que piensa que habla con sus hijos, de tanta
aflicción se perdió el juicio.
En el camino hacia al
hospital sólo se distinguía su voz profiriendo:
— ¡Hijitos míos! ¡Cómo
les quiero!
12 comentarios:
Hola Soti, ufff que duro se me encogió el estómago, muy realista la descripción y la escena. Felicidades.
abrazos
He tardado en responder porque lo he releído con la idea de que hubiera algo escondido que puliera la crudeza..., pero no. Es un relato tan descarnado como excelente.
Un saludo
JM
Gracias, Manuel, la verdad fue horrible escribir este relato, es terrible , en un instante la vida del personaje se ha hecho añicos. Un fuerte abrazo, amigo, en cuestión de horas colgaré mi relato homenaje a los médicos sin fronteras.
Gracias, amigo Juan, me alegra mucho que lo hayas encontrado excelente, eso me hace inmensamente feliz. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Cuanta crudeza reflejas en este micro,esos gritos del padre preocupandose por sus hijos demuestran la angustia del momento.
Un saludo
Puri
Si, Puri, él resiste a aceptar su perdida a causa de su grave error, finalmente, se pierde el juicio y cree que son vivos cuando en realidad son muertos. Gracias, amiga, por tu visita, Sotirios.
Muy cruda esta historia, me imagino que ante un accidente de esa magnitud cualquiera enloquece y que no está muy lejos de la realidad, en lo que cuentas. Un relato al estilo Sotirios, con buen ritmo en la narración.
Saludos.
Desde luego se puede enloquecer cualquiera de semejante desgracia. Muchas gracias, Beto, por tus amables palabras, en seguida colgaré mi relato ofrecido a los médicos sin fronteras. Un fuerte abrazo, amigo, Satirios.
Soti, menudo relato, qué duro!
No quiero ni imaginarme algo así (yo que tengo dos peques), creo que es una escena por desgracia, bastante real. No me extraña que el padre enloquezca de esa forma.
Lo has narrado muy bien.
Un abrazo
Gracias, blanca. La verdad es que es un relato durísimo y encima escrito en primera persona, o sea, horrible, escalofriante y difícil no emocionarse. Durante el transcurso que lo estaba escribiendo lo pasé francamente mal.(Tengo tres hijos). Cuida bien tus dos peques que es lo más hermoso de la vida. Un fuerte abrazo, amiga, Sotirios.
Hola, Soti.
Cuánto debe marcar algo tan duro como ese accidente.
Me parece que has cuidado mucho el lenguaje y la puntuación y, por tanto, el resultado es excelente.
Un beso muy grande, bonito.
Gracias, bonita, voy a marcha forzada este mes no tengo tiempo para nada, aunque así voy a publicar el mayo mi obra maestra donde nosotros, Belén, Fernando, tú y yo somos los principales protagonistas. Un fuerte abrazo, Sotirios.
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