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jueves, 7 de agosto de 2014

Cálido destripamiento, de Sotirios Moutsanas

Amigos, he sido finalista en el I certamen de microrrelatos Chiado Editorial “MADRID HISTORIAS BREVES” Les cuelgo mi relato para que podáis disfrutarlo.






En la penumbra, bajo la tenue luz de la luna, en esa recóndita calle de Madrid, empecé a abrazarla cariñosamente. ¡Era tan hermosa! Tenía el pelo tupido, negro como una gitana; los ojos almendrados de color miel; la piel suave como la de un bebé. Rezumaba  juventud y vitalidad. Según la estaba abrazando escuchaba  como latía su corazón. Ella estaba tan apacible, tan sosegada, como si para ella el mundo estuviera en plena armonía.
¡Ay, si pudierais escuchar como latía su corazoncito tac, tac… como los tañidos del reloj! ¡Ay, si pudierais sentirlo, amigos, qué bienaventuranza y momentos más gratos! Muy pronto estaría como un mármol inerte sin vida. Pero no  se acongojen, queridísimos amigos, con mi instrumento quirúrgico será coser y cantar, no durará ni un segundo de expirar. Todo eso por un segundo cautivador. El segundo cuando el alma deja el cuerpo físico  para transportarse en otra dimensión a otro mundo. ¡Ay, si pudierais vivir conmigo este momento tan increíblemente mágico! Mi corazón cada vez palpitaba más rápido, mis sienes latían, mis rodillas flaqueaban, la adrenalina se apoderó todo mi cuerpo. ¡Ay, cómo latía la sangre en mi cráneo! Mi corazón iba a estallar, palpitaba más rápido, más rápido… ya no aguanté más.
— ¡Ay!
Sus entrañas se desperdigaron por el suelo. Una fracción de segundo antes de expirar, me acerqué, le atisbé a  sus desorbitados ojos colmados de terror, y le susurré con voz pastosa:


—Por si no te lo había dicho antes, me llamo… preciosa.